De ángeles y reclutamientos
Son reclutados en las fosas del descuido, en las aguas profundas del dolor, en las llamas hirientes, en medio de la hambruna indolente. Todos son niños, irreprochables soldados celestiales.
De ángeles y rescates
Frente a los altos índices de suicidio, los ángeles se aprestan a tomar medidas extremas para rescatar a sus protegidos, sujetando de los labios a los tránsfugas de la vida, fingiendo, perversamente, un enamoramiento. Todo ha sido inútil, los hombres se matan en masa con la esperanza de reencontrar el amor.
De ángeles y siniestralidad
Entre los protegidos de un ángel que representan un alto grado de dificultad están los acróbatas, los guerrilleros, los agiotistas, los escapistas y los amorosos. Estos últimos representan el mayor riesgo, porque a diario saltan al vacío de un beso, en busca de la eternidad.
De ángeles y descensos
Los ángeles bajan al mundo con la más auténtica resignación y en el camino queman sus alas. Por eso los vemos como la gente ordinaria, aunque un poco encorvados, debido al bendito recuerdo de haber portado un plumaje justo donde los humanos llevamos las espaldas.
De ángeles y desamor
Tangibles, desprovistos de alas, los ángeles surcan la tierra, arrastran sus encantos y enamoran a sus protegidos. Pero aún a ras de realidad son inalcanzables. Se dice que a ellos debemos más del 90 por ciento de los poemas de amor unilateral.