Los 115 años de Torreón se conmemorarán el próximo 15 de septiembre, fecha en la que también era el cumpleaños de Porfirio Díaz, principal mentor de este municipio como motor económico del norte de México.
Con el paso de los años, Torreón se erigió como una ciudad cosmopolita. Había consulado, el tren conectaba a México con Texas, aquí vivían personas migrantes del Líbano, de Siria, de Palestina, España, Francia, China y muchos países más. La velocidad con la que la pequeña villa se desarrolló fue pasmosa. El suelo era generoso. El agua no faltaba. El clima hostil se compensaba con la bondad del suelo y la privilegiada ubicación geográfica en los márgenes de un río que una a dos estados y que dio vida a una zona metropolitana en la que hoy habitan más de un millón de personas.
115 años de Torreón; ¿el fin se acerca?
No es para sonar fatalista, pero de una región próspera, con mucha agua y con muchas oportunidades, Torreón y La Laguna hoy están convertidas en una de las zonas metropolitanas menos competitivas del país. Hoy se perfora a más de 300 metros para extraer agua contaminada que consumen los seres humanos. La agroindustria ha ido acotando el futuro de una ciudad que fue punta de lanza en muchos sentidos comerciales, industriales y sociales.
Hoy vemos a una región que está siendo objeto de una inversión superior a los 11 mil millones de pesos, es decir, más de 5 veces el presupuesto anual del municipio, para dotar de agua limpia y saludable por, al menos, los próximos 20 años. Esta decisión, más bien paliativa, fue diseñada para no afectar los privilegios de los grandes latifundistas, aquellos que concentran la tierra para sembrar y cosechar gigantescas cantidades de alfalfa y sorgo para alimentar al ganado.
A su vez, también vemos a una ciudad que ofrece salarios precarios, que más del 50% de los trabajadores con seguridad social no superan ni los 6 mil pesos mensuales. Vemos calles agrietadas, paseos públicos olvidados, edificios históricos montados detrás de zapaterías y farmacias.
La dinámica económica de la ciudad, otrora centro neurálgico para la generación de inversión en México, está deprimida y enfocada al sector servicios, mismo que inhibe la movilidad social y el crecimiento de las personas.
115 años de Torreón y el daño irreparable
Esta semana, desde Red es Poder, recordaremos algunos hechos que han dañado de manera irreparable a Torreón y a su gente. Son las desapariciones forzadas, la guerra contra el narco, la desigualdad social, el racismo, las violaciones a los derechos humanos, la sobreexplotación de los recursos naturales, los feminicidios, la violencia familiar, la corrupción. Son las malas prácticas y los vicios que se cosecharon desde una ciudad que creció de manera desordenada, sin sentido y sin visión.
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Hoy, a casi 115 años de Torreón como ciudad, vemos un lugar alejado de lo que un día fue. Los accesos al municipio están descuidados, el Aeropuerto Internacional tiene pocos vuelos, las personas necesitan de dos o más ingresos para poder salir adelante. Las peleas espontáneas son más recurrentes.
Por estos 115 años de Torreón, es momento de sentarse a reflexionar y de repensar al municipio. De tomar decisiones enfocadas a garantizar su existencia a mediano y largo plazo. La tierra, el acuífero y el ecosistema local se están agotando de nosotros.
El daño ya es prácticamente irreparable. La comunidad lagunera podría ser igual de generosa como lo fue Torreón y su suelo y su aire y su espacio.
Debemos agradecer al destino que Torreón resiste y seguirá resistiendo. Dignifiquemos la historia de esta ciudad, demos justicia a quienes llevan años buscándola, respetemos los recursos naturales y hagamos vales nuestros derechos humanos y colectivos para que la autoridad y la comunidad empresarial de élite dejen de pisarnos, de tomar decisiones por nosotros y de comerse esas bondades que, en su momento, erigieron a Torreón como una de las ciudades más importantes del norte y de todo México.