El alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda, no escucha o hace que no escucha o simplemente no le gusta atender las demandas y peticiones ciudadanas.
El alcalde de Torreón y su sordera implacable
En los últimos días, miles de ciudadanos se han sumado a la petición para suspender la instalación de los bolardos en diversos puntos de la ciudad y con especial énfasis en los que ya están puestos sobre las banquetas de la Calzada Colón.
La arquitecta Alejandra Martínez fue quien destapó en redes sociales el costo de los bolardos y la justificación de su instalación y esto provocó que medios de comunicación y activistas cuestionaran el proyecto que está coordinado por Juan Adolfo Von Bertrab Saracho, director de obras públicas y ex presidente del Consejo de Participación Ciudadana del Sistema Anticorrupción de Coahuila.
El pasado 13 de julio, Alejandra Martínez creó un proyecto en la plataforma de Change.org para suspender la instalación de los bolardos. Éste, hasta el día de hoy, cuenta con 11 mil 416 firmas de ciudadanas y ciudadanos que, como ella, no están de acuerdo con el proyecto de embellecimiento que está ejecutando el alcalde de Torreón.
Alcalde de Torreón cree que son politiquerías
El alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda, comentó en medios de comunicación que la resistencia civil ejercida contra los bolardos se trata de una estrategia política que busca perjudicar la imagen de su gobierno, sin embargo, ningún político o activista en La Laguna tiene el poder de influir en la opinión de casi 12 mil personas que, voluntariamente, han firmado la petición para que se suspenda la obra.
¿Por qué Román Cepeda no escucha a la ciudadanía? Pareciera que el alcalde de Torreón está más preocupado por pintar o labrar el logo del ayuntamiento en todos los rincones de la ciudad, que gobernar con los oídos abiertos.
La megalomanía del alcalde de Torreón por dejar sentado que fue titular del ejecutivo municipal es tan alta, que, de manera inédita, está promoviendo la colocación del logo de su gobierno en los baches que se reparan en la ciudad. Las nuevas banquetas de la Calzada Colón también tienen el logo labrado en el piso, así como los propios bolardos y unas macetas que instaló por toda la emblemática vialidad.
Con la estrategia de embellecimiento que están desarrollando Román Cepeda y Von Bertrab, pareciera que el ingeniero está remodelando el patio trasero de la casa del alcalde y no un espacio público que miles de personas transitan al día bajo los rayos inclementes del sol lagunero.
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Mientras Torreón siga teniendo alcaldes que no escuchan, que gobiernan a través de ocurrencias, que llevan a cabo actos públicos para que les besen la mano y que repitan hasta el cansancio las mismas frases porque no tienen nada nuevo que proponer, la ciudad seguirá atrasada, formando parte de una de las zonas metropolitanas menos competitivas del país, ofreciendo salarios de hambre, pocas oportunidades de movilidad social y cero espacios de apertura para que la ciudadanía tenga oportunidad de influir en las decisiones de gobierno.
Si el alcalde de Torreón quiere tener, al menos, una posibilidad pequeña de lograr la reelección el año que entra, debe aprender a escuchar a los ciudadanos. Román Alberto Cepeda debe entender que su papel es como mandatario y que las personas que lo eligieron son los mandantes. Escuchar, atender las demandas ciudadanas y garantizar los servicios públicos deben ser las prioridades de un alcalde que está preocupado por dejar asentado que gobernó Torreón, aunque esté ejecutando obras absurdas, innecesarias, caras y que están dañando al medio ambiente regional.