Finalmente las campañas políticas están por terminar. Los dos grandes cierres de los dos principales proyectos para gobernar Durango ya se llevaron a cabo tanto en la capital como en Gómez Palacio. Al final, cuando analizamos y observamos una campaña, pareciera que repiten la historia de siempre, las promesas de siempre y las decepciones de siempre.
Campañas políticas por Durango
Las campañas políticas de Esteban Villegas y Marina Vitela estuvieron llenas de violencia, de descalificaciones, de pocas propuestas, de mucha parafernalia, de abrazos, de fiesta, de amiguismos.
En ningún momento escuchamos propuestas concretas de gobierno, líneas a abordar, ideas para que Durango, en un mediano plazo, deje de ser la entidad más pobre y atrasada del norte del país.
Durango, desde hace muchos años, ha sido gobernado por caciques, por familias que controlan al sector productivo y económico. Es, por el mismo motivo, que las principales calles de La Laguna o de la misma capital no llevan el nombre de héroes nacionales, sino de familias duranguenses y laguneras que se eternizaron en la gestión pública gracias a su poder económico.
Las campañas políticas, en Durango, son la fiel representación de los cacicazgos que dominan a una entidad diseñada para beneficiar a pocos y olvidar a muchos.
Tras las campañas políticas, ¿quién va ganando?
De acuerdo con la encuesta de encuestas de Polls Mx, la alianza Va por Durango, encabezada por Esteban Villegas, va a la cabeza con el 48 por ciento de las preferencias. En segundo lugar se encuentra el proyecto que lidera Marina Vitela, con el 45 por ciento y en un lejano tercer puesto se ubica Patricia Flores, de Movimiento Ciudadano, con apenas el 6 por ciento de las preferencias electorales.
Por otro lado, mientras que para la campaña de Marina Vitela recibió el apoyo de personajes como Claudia Scheinbaum, Adán Augusto López y hasta Marcelo Ebrard, del lado de la alianza PRI-PAN-PRD, los líderes morales como Alejandro Moreno o Marko Cortés no hicieron tan públicas y llamativas sus presencias.
Las principales casas consultores del país indican que, de las seis gubernaturas, Morena prácticamente ya tiene cuatro en la mano y que Durango pudiera ser la más competida, ya que cualquier encuesta plantea una diferencia no superior entre el primer y segundo puesto del cinco por ciento.
Muchas campañas políticas, pocos resultados
El trabajo intenso prácticamente ya llegó a su fin. Esta semana reinará el silencio. A partir del miércoles 2 de junio comenzará la veda. Se dejarán de difundir mensajes proselitistas, comenzará el proceso de reflexión y se tomará la decisión final el próximo domingo 5 de junio.
Muchos electores, mal o bien, saben que, después de la elección y de que se declare un ganador, prácticamente todo estará igual. Gómez Palacio, Lerdo y compañía seguirán olvidados. Durango capital se llevará todo el presupuesto a costa del bienestar de los 38 municipios restantes. Familias como los Herrera, los Cabrera, entre otros, seguirán fungiendo como los caciques dueños del poder en toda la entidad.
En Durango los poderosos seguirán siendo poderosos y los pobres más pobres. Mientras no haya proyectos serios que busquen cambiar las dinámicas sociales y económicas desde la base, lo que se proponga sólo serán elementos ornamentales para intentar hacer creer el pueblo que verdaderamente hubo un cambio trascendental.
A Durango le duele la inoperancia de quienes actualmente gobiernan y le dolerá aún más ver que, gane quien gane, Villegas o Vitela, la realidad no cambiará para la mayoría de las y los votantes.
Lamentablemente, ni Vitela, ni Villegas, ni Flores, ni Herrera, de Martínez ni nadie, sin voluntad y visión, podrá cambiar la realidad contrastante que tiene sumido en una espiral de descenso al estado de Durango y a sus municipios. Las campañas políticas, no cambian realidad.