El pasado 26 de mayo, un grupo de personas integrantes del ejido San Lorenzo tomaron los viñedos de Casa Madero en Parras de la Fuente, Coahuila. Más que un hecho delictivo, los pequeños productores exigen piso parejo en el reparto de agua.
Casa Madero condena invasión
Casa Madero hizo del conocimiento público la invasión que presuntamente sufrió por parte de habitantes de la comunidad de San Lorenzo. A través de un comunicado, la empresa vinícola condenó que no recibieron el apoyo del municipio y llamó al Gobierno del estado a tomar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la hacienda.
«Recientemente, Casa Madero se unió a la Asociación de Tajos de Aguas de Parras, que integran ejidatarios y empresarios de la región, para encontrar soluciones a la escasez general de agua de uso agrícola y que todos los usuarios legítimos tuvieran acceso a su dotación correspondiente de acuerdo con los volúmenes disponibles», indica el comunicado.
Más allá de que la empresa se unió a la Asociación de Tajos de Aguas de Parras, los quejosos indican que no se ha resuelto nada, que no tienen acceso al líquido suficiente para sus cultivos y que el acaparamiento y la prioridad es precisamente Casa Madero.
Casa Madero y ejidatarios sostendrán diálogos
En un intento por terminar el conflicto por el agua en Parras de la Fuente, autoridades federales fungirán como mediadoras entre Casa Madero y los habitantes y productores del ejido San Lorenzo.
El alcalde de Parras, Fernando Orozco, confirmó que la reunión se llevará a cabo el próximo jueves para que todas las partes traten de llegar a un arreglo; mientras tanto, Casa Madero, por motivos de seguridad, continúa cerrado para los turistas.
En la reunión estarán invitados los delegados de la Comisión Nacional del Agua, de la Procuraduría Agraria y el representante en la entidad del Registro Agrario Nacional.
Casa Madero pone en riesgo a comunidades rurales
La investigación «Campo, sequía y omisión secan acuífero de Coahuila», del reportero Jesús Peña, señala que alrededor de 100 comunidades de Parras de la Fuente, General Cepeda y Ramos Arizpe, estarían en riesgo por la actividad productiva de agroempresas dedicadas al cultivo de la uva, nuez y hortalizas; una de ellas, y de las más importantes, es precisamente Casa Madero.
«Esta situación ha originado que las fuentes de agua superficial, veneros y manantiales que alimentan algunas de estas comunidades, se estén agotando.», señala la investigación.
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La producción masiva de importantes viñedos en Parras están secando a la región. El acuífero está sobreexplotado, los manantiales se están secando y las pequeñas comunidades son las más afectadas.
«Campesinos de la organización Custodios del Agua del Arroyo San Miguel han señalado como los principales responsables del saqueo de los acuíferos, que antes daban vida a los ejidos de esta cuenca, a al menos una docena de agroindustriales entre los cuales figuran: Miguel Guajardo, de la Hacienda Parras el Alto; Arturo Mendel Gruenebaum, de Vinos Don Leo; José Antonio Rivero Larrea, de Agrícola Faroc; la familia Milmo Brittingham, de Casa Madero, y Emilio Arizpe.», señala Jesús Peña en el reportaje publicado por el Border Center for Journalists and Bloggers.
Hoy Casa Madero cuenta con 400 hectáreas de producción en las que fabrican alrededor de 200 mil cajas de vino cada año.
La compañía que tiene más de 425 años de historia, tiene planificada una inversión de 1,500 millones de pesos para modernizar su bodega que se encuentra en el Valle de Parras. Los recursos se ejercerán durante los próximos 5 años.
De acuerdo con el Consejo Mexicano Vitivinícola, el consumo de vino por mexicano ha aumentado en los últimos años; de 450 mililitros que se consumían, la cifra subió hasta 1.2 litros por persona anualmente.
La industria del vino, pese a las afectaciones ambientales y a las sequías en el norte de México, continúa creciendo y ganando terreno en el mercado.