Nuevamente Saltillo fue escenario de un feminicidio. Carlos «N», de 34 años de edad, es el personaje señalado como responsable del atroz asesinato de Claudia. Las colectivas feministas de la capital coahuilense exigen una alerta de género y justicia para la víctima. Coahuila: estado feminicida por excelencia.
En lo que va del año en Coahuila se han abierto 15 carpetas de investigación por el delito de feminicidio. En las últimas semanas Saltillo ha sido foco de atención a nivel estatal y nacional por los feminicidios de Alondra Gallegos y Claudia. Ambas eran madres solteras, ambas confiaron en sus ex parejas, ambas perdieron la vida de manera violenta.
La indignación de la sociedad coahuilense es gigantesca. Ciudadanas saltillenses de todas las edades han tomado las calles para manifestar su rechazo en contra de la violencia feminicida. El alcalde de Saltillo, Manolo Jiménez, no ha dado respuestas claras a las demandas de las mujeres. El gobernador Miguel Riquelme tampoco ha generado un vínculo de confianza y comunicación entre manifestantes y las autoridades. La justicia para Claudia y para todas las mujeres violentadas en Coahuila no aparece.
Claudio «N», de acuerdo con demandas y señalamientos en redes sociales, es el principal sospechoso del feminicidio de Claudia. Era su exnovio, trabajaba como guardia de seguridad. El victimario agarró a golpes a la joven mujer por el simple hecho de que ella ya no quería estar con él. La estranguló e intentó deshacerse del cuerpo con la ayuda de un amigo.
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Los restos de Claudia fueron encontrados desde el jueves pasado. Las manifestaciones de odio y repudio no se hicieron esperar. El dolor de la familia de Claudia se convirtió en una masa colectiva de rechazo a un estado feminicida. La sociedad exige justicia para Claudia, para Alondra y para todas las mujeres que, por el simple hecho de serlo, son violentadas en todos los rincones de la entidad.
La sociedad saltillense ya despertó. Las mujeres de la capital no le temen a tomar las calles, a gritarles en su cara tanto al alcalde como al gobernador que las han abandonado, que las están matando y que merecen justicia.
Miguel Riquelme ha reiterado que en Coahuila está garantizado el Estado de Derecho. Su afirmación nos parece falaz porque, ni siquiera, está garantizada la vida de las mujeres.
