investigación deuda, influencias y gastos sobre secretaría de inversión público productiva de Miguel RiquelmePortada Reportaje
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Con información de Mutante, BBC y El País.

El jueves 15 de abril el gobierno colombiano encabezado por Iván Duque presentó ante el Congreso la «Ley de Seguridad Sostenible», es decir, una reforma tributaria.

La población, al enterarse en qué consistía la iniciativa presidencial, convocó, el 16 de abril, a un paro nacional programado para el día 28 del mismo mes.

Varios sectores de la población, desde comerciantes, maestros, transportistas, mineros, campesinos se unieron para rechazar, vehementemente, un proyecto que, tenía como fin, hacer una recaudación extraordinaria en un momento de severa crisis económica.

Con el hashtag #NosEstánMatando, miles de cibernautas colgaron videos en las redes sociales en donde se ven claramente a grupos policiacos amedrentando y agrediendo a personas que estaban ejerciendo su libre derecho a manifestarse.

Y es que las movilizaciones colombianas tienen más de dos semanas y cada vez más provincias se unen en la lucha. Quieren evitar, a toda costa, que el Estado, ante la poca capacidad para generar ingresos, se vuelque, nuevamente, hacia los bolsillos de los que menos tienen.

La firmeza que fue enflacando

El presidente Duque dijo el pasado martes 28 de abril que su gobierno no iba a ceder ante las protestas, que la ley iba a avanzar y, si acaso, estaba abierto a conversar pero desde el propio Congreso.

De acuerdo con la Central Unitaria  de Trabajadores, en más de 500 municipios del país y 50 ciudades hubo protestas.

El Comité Nacional del Paro convocó a nuevas manifestaciones para el 29 y 30 de abril y el primero de mayo y expresó su rechazo hacia las medidas de represión y violencia que emprendió el Estado colombiano en contra de las y los ciudadanos.

¿Qué propone la ley?

En papel, la Ley de Seguridad Sostenible, buscaría lograr la recaudación de 23 billones de pesos colombianos, algo así como 6 mil 300 millones de dólares. El tema, de acuerdo con los especialistas, es que para lograr la meta el gobierno encabezado por Iván Duque planteaba la posibilidad de recaudar el recurso, en un 73% de las personas físicas y el resto de las empresas.

El punto más crítico es la propuesta para cobrar el impuesto sobre la renta a personas que ganen un sueldo mensual de 663 dólares, en un país donde el salario mínimo es  de 234.

Además, la ley también plantea cobrar IVA a productos de consumo básico, tales como agua, luz, gas, servicios funerarios y productos electrónicos. El impuesto al valor agregado en Colombia está tasado en el 19%.

El proyecto también plantea cobrar impuestos adicionales a quienes tengan un patrimonio superior a a 1.35 millones de dólares, que sería del 1%, mientras que las personas que superen los 4 millones de dólares, tendrán que pagar el 2 por ciento de impuesto adicional a lo que ya desembolsaban.

Este panorama, aunado al descontento social por los más de 72 mil muertos que ha dejado la pandemia, así como la crisis económica generada por el confinamiento, ha orillado al pueblo colombiano a salir a las calles.  Para esas millones de personas, el gobierno es más peligroso que el virus y por eso, precisamente, vale la pena protestar.

Incidencia

Los actos de represión no han cesado. Las autoridades han detenido injustificadamente a jóvenes, adultos, padres y madres que salieron a protestar a las calles. Los medios y organizaciones colombianas también han confirmado ejecuciones y violaciones graves a los derechos humanos.

Aún y con toda la presión del Estado, el pasado 2 de mayo Iván Duque retiró la Reforma Tributaria con la que pretendía equilibrar las finanzas públicas a través de un pueblo afectado, severamente, por la crisis económica.

De acuerdo con diversos analistas, Duque cometió el error de enviar al Ejército a las calles. Según él, sólo buscaba contener a grupos golpistas que transgredían las normas sociales y morales, sin embargo, con los soldados en las calles, se enterró su intención por consolidar el proyecto tributario.

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Hasta el momento, el Escuadrón Móvil Antidisturbios ya intervino las movilizaciones sociales en Medellin, Bucaramanga, Popayán, Bogotá, Paipa y Barranquilla. Tan sólo en Medellín, se reporta una cantidad indeterminada de heridos de gravedad en el centro de la ciudad.

La lucha colombiana continúa. Las movilizaciones, a pesar de la pandemia y de los altos niveles de contagio, seguirán su marcha. Ni el Estado, ni el ESMAD ni el Ejército han logrado derribar al ánimo popular. Además de la crisis, las y los cafetaleros, piden vacunas. Para este mes de mayo, exigen que, al menos, 8 millones de personas ya estén inmunizadas.

 

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