Para que haya corrupción se necesitan corruptores. En Coahuila se solidificó el vínculo perfecto entre políticos y empresarios; las transacciones, sobornos, prebendas y privilegios son el pan de cada día.
La semana pasada la Fiscalía General de la República dio a conocer una lista en la que aparecen nombres de políticos que fueron «consentidos» por Altos Hornos de México, de Alonso Ancira Elizondo.
Entre ese grupo de personas, llamó la atención la presencia de Rubén Moreira, ex gobernador de Coahuila y hoy Diputado Federal, y su esposa Carolina Viggiano, una de las líderes actuales del PRI a nivel nacional.
Entre los dos, recibieron poco más de 32 millones de pesos de AHMSA en viáticos y rides aéreos y, en conjunto, fueron las personas más consentidos por la compañía de Alonso Ancira Elizondo.
¿Qué es lo que dieron a cambio del buen trato? ¿Por qué se dan este tipo de relaciones entre políticos y empresarios? ¿De qué beneficios gozan las grandes empresas que operan en Coahuila?
Altos Hornos de México, por ejemplo, es cabeza de la cadena de proveedores mineros que operan en la zona centro y carbonífera de Coahuila.
Desde la administración de Enrique Martínez y Martínez, la Prodemi nació para promover la minería y, en teoría, dar oportunidad a que los pequeños productores también tuvieran parte del pastel.
En ese sentido, los pequeños y micros, en gran medida, le proveen a AHMSA y sus subsidiarias. Así, desde la ley, empieza a estrecharse la relación entre el poder y los empresarios.
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Pasan los años y Prodemi se mantuvo vigente en las administraciones de Humberto y Rubén Moreira, así como en la actual de Miguel Riquelme. Es tan sensible la relación, que hasta el momento ninguno de los tres se ha pronunciado acerca del escándalo de Alonso Ancira con Pemex.
Al Gobierno Federal le hace falta acreditar y explicar por qué Altos Hornos de México hizo esos millonarios gastos en beneficios de algunos políticos, sin embargo, no es de extrañarse que estas prácticas sigan proliferando en todo el país.
Hoy Rubén Moreira vive un segundo aire político; es diputado federal y presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados. Ancira, por su parte, está libre, llegó a un acuerdo con el gobierno federal y, aunque no lo ha cumplido, está saboreando las mieles de la impunidad y el privilegio.