El desangelado informe de gobierno de Jorge Zermeño. Así tengo que iniciar esta columna. La despedida del alcalde de Torreón fue gris y opaca, igual que su administración.
En tres años parece que el tiempo en Torreón no pasó. Lo que vimos fue una línea de gobierno que se dedicó a administrar, a tapar baches y pintar calles una y otra vez. No hubo proyectos que promovieran la reconstrucción de tejido social, la inclusión de las zonas más marginadas a la dinámica cotidiana. No vimos una mejora en los salarios de las y los trabajadores, ni mejores vialidades, ni acceso irrestricto a servicios públicos básicos como agua potable o recolección de basura.
El informe de Jorge Zermeño
Eran poco después de las 7 de la noche. Jorge Zermeño hizo suyo el escenario y comenzó a leer para dar pie a videos que presentaban las principales acciones de gobierno. En ese tenor, vimos que presumieron «logros» como la instalación de techumbres para que no se asolearan las patrullas, como si eso fuera benéfico para la ciudadanía.
Torreón vivió un gobierno gris y la gente se dio cuenta, castigó al PAN como nunca antes. Los dejó con las manos vacías, sin diputaciones locales, ni federales y evidentemente sin la presidencia municipal. La ciudadanía prefirió regresar al PRI, un partido que dejó endeudado al municipio y que no ha soltado el poder en Coahuila pese a innumerables escándalos de corrupción y violaciones a los derechos humanos.
Lo del informe de gobierno no fue más que un acto protocolario. Aunque pocas veces sonriente, no se notaba un Jorge Zermeño conforme y feliz con su trabajo. El apoyo que la ciudadanía le dio en su reelección no fue refrendado.
El amargo legado de Jorge Zermeño
De Jorge Zermeño recordaremos la política intolerante y abusadora de los elementos de Tránsito y Vialidad contra la ciudadanía. Recordaremos declaraciones con las que se desmarcó por la creciente ola de robos en algunos puntos de la ciudad. Recordaremos las adjudicaciones directas a empresas cuyos vínculos apuntan a personajes relacionados con sus hijos mayores.
De Jorge Zermeño recordaremos una política que vio de lejos a la base, a las personas humildes, las que no tienen agua potable, drenaje sanitario, casa propia, trabajo digno. La administración del panista, tal cual ha pasado con el resto de los gobiernos en Torreón, operó a partir de la ocurrencia y la poca visión social para reconstruir tejido y mejorar la calidad de vida de las personas.
Los pendientes de Jorge Zermeño
Grandes pendientes quedaron a la administración de Jorge Zermeño, pero también a las de Miguel Riquelme, Eduardo, Olmos, José Ángel Pérez y compañía.
El transporte público sigue sin renovarse por el caos que ha significado el Metrobús Laguna. Cada vez se abaten más pozos de agua. La ciudad crece de manera desordenada y, con ello, se complica la movilidad de la ciudadanía. Continúa sin fijar un plan de trabajo que abone a la coordinación de los municipios integrantes de la Zona Metropolitana de La Laguna. Se continúan generando empleos, pero mal pagados y prácticamente todos avocados al sector servicios, mismo que ofrece salarios poco competitivos.
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Los pendientes de Jorge Zermeño son crónicos. Nadie ha tenido la visión a corto, mediano y largo plazo para dar solución a una ciudad cada vez más emproblemada y menos atractiva para vivir y desarrollarse.
¿Qué sigue después de Jorge Zermeño?
Tomará la batuta Román Alberto Cepeda. Político cercano al gobernador Miguel Riquelme. Soldado de un partido que no ha cedido el poder en Coahuila.
Si algo bueno dejó la administración de Jorge Zermeño es que se pagó la deuda pública municipal y se dejaron más ingresos que gastos. En ese sentido, los gobiernos priístas han demostrado, al menos en Torreón, poca disciplina financiera.
Ejemplos sobran. Eduardo Olmos Castro recibió una administración con deuda cero y ésta la dejó, al terminar, con pasivos históricos. Miguel Riquelme, por su parte, también dejó un importante adeudo y más gastos que ingresos.
Si Jorge Zermeño se distinguió por encabezar un gobierno frío, gris e intrascendente. Román Alberto Cepeda tendrá que trabajar el doble para, al menos, resolver una de las innumerables problemáticas que aquejan a la ciudad.