A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, millones de chinos migraron a diversos países de Latinoamérica. Uno de los destinos principales fue México, sobre todo la zona fronteriza con Estados Unidos.
Fue, de esa manera, que a Torreón llegaron cientos de personas chinas para trabajar, principalmente, en temas relacionados con la minería y el campo, pero también en el sector de servicios.
Evelyn Hu-DeHart, directora del centro de estudios de razas y etnias en América en la Universidad de Brown, quien fue invitada por la Secretaría de Gobernación a acompañar la disculpa del Estado Mexicano, dijo que los chinos que llegaron a México se especializaron en servicios como lavarropa, hacer comida, entre otras actividades.
«Los chinos se asentaron aquí para colaborar en ese sentido, con los trabajadores mexicanos y por eso había una estrecha relación entre mexicanos y chinos», comentó la académica.
Para la investigadora la tensión entre el pueblo chino y los mexicanos fue un fenómeno que se ha replicado en todo el mundo. Para un sector de la población, pensar y ver que una legión extranjera comienza a ser próspera trabajando tu tierra y en tu hogar era una imagen despreciable y, en ese momento, fue que se motivó la matanza.
«Lo que es extraordinario en la situación de Torreón es el grado de la violencia, que en un par de días se mataron a más de 300 personas, es enorme, es una masacre, es una matanza.»
Para Evelyn Hu-DeHart, a los revolucionarios les molestó de sobremanera darse cuenta que los chinos trabajaban muy bien la tierra. Además, fueron tan prósperos, que lograron la fundación de un banco y de toda una comunidad trabajadora.
«Yo digo que tiene algo que ver con uno de los negocios principales aquí en Torreón que son las huertas, trabajaban en las huertas, pero también las huertas eran propiedad de chinos más acomodados. Los que trabajan en el campo son muy visibles, entrando las tropas revolucionarias veían instantáneamente a los chinos trabajar. Yo digo que un factor de la inmensa cantidad de gente asesinada es porque era fácil».
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La profesora dijo que en China esta historia no es muy conocida, pero resaltó la importancia de que en México sí debería enseñarse esta anécdota a las y los estudiantes, de tal manera que, un hecho como la matanza de 303 chinos en Torreón, no se repita en un futuro.
La disculpa pública ofrecida por el presidente López Obrador al pueblo chino era lo mínimo indispensable, aunque no remedia el daño patrimonial generado a la comunidad en Torreón.
«Es lo mínimo, los chinos perdieron muchas propiedades, muchas ganancias, sus negocios y no los han recompensado, esta es la historia», finalizó la profesora china/americana.