En Torreón se gobierna para los lugares visibles, para aquellas colonias, calles y bulevares que aparecen en las fotografías, que son recorridas a diario por los ciudadanos y que pudieran ser presumibles para demostrar que la ciudad está creciendo.
El Torreón invisible que las autoridades no atienden
En Torreón existen espacios tan marginados que resulta increíble el contraste. Tal como en cientos de municipios mexicanos, la desigualdad duele y lastima a las personas que no conocían que existen lugares en donde sus habitantes viven entre la mierda, aguas negras, malos olores, basura y delincuencia.
Normalizar la carencia de servicios públicos, la inseguridad y la pobreza es entender que las autoridades no se han empeñado en mejorar la calidad de vida de los habitantes o, mejor dicho, de los electores.
El poniente y el sur de la ciudad de Torreón son zonas que las une la pobreza y la marginación. Ambos lugares sufren olvido, carencias, contaminación, inseguridad, problemas de adicciones, desempleo, nula movilidad social.
En la más reciente visita que hicimos a la colonia Ampliación Zaragoza Sur, uno de sus habitantes expuso que ya están cansados de que los políticos les visiten durante las campañas para después nunca volver.
El colono manifestó su queja afuera de su casa, justo al lado de un drenaje totalmente colapsado. La mierda brota desde el suelo. En la Ampliación Zaragoza Sur, así como en el poniente de Torreón, la lluvia brota de las coladeras. Los desechos brincan como fuentes de suciedad e infecciones.
En Torreón no hay gobierno transversal
El perfil del alcalde Román Alberto Cepeda encaja perfectamente con el interés que tiene para que luzcan ciertas zonas de la ciudad y se marginen aún más otras. Desde enero de 2022, fecha en la que tomó protesta, Cepeda no ha propuesto proyectos importantes para mejorar, al menos, el suministro de servicios públicos para el sur de Torreón.
En Torreón la inversión está enfocada para la zona norte, sitio en donde se encuentran las colonias más adineradas de la región, así como en lugares emblemáticos como la Colón, la Alameda Zaragoza, entre otros.
Las y los alcaldes de México no entienden que su principal responsabilidad es dotar de servicios públicos de calidad a los ciudadanos, no futurear con proyectos inmensos que necesitan del apoyo presupuestal del gobierno del estado y hasta de la Federación.
A Román Alberto Cepeda le falta sensibilidad. Es un alcalde que gobierna para los blancos. Que procura la seguridad y el bienestar de personas que se parecen como él, que piensan como él y que actúan como él.
Lo de Cepeda no es una actitud particular. En México la empatía se siente a partir del nivel socioeconómico, cultural y hasta por el color de la piel.
Mientras se sigan ejecutando gobiernos con visiones verticales, los olvidados, los de abajo, seguirán sobreviviendo con lo que puedan, con migajas, seguirán normalizando el hecho de que no tengan servicios públicos, seguirán pensando que no merecen la atención de las autoridades. Al final de cuentas, la resignación ciudadana, para las autoridades, es un valor positivo porque les ahorra trabajo.