Epicentro | Luis Alberto López | @luisalbertolo
El acto de desagravio que encabeza hoy el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene varias lecturas que merecen análisis, entre ellas que reconocer un hecho como la matanza de chinos hace 110 años es un avance en la ruta de nueva historia de paz y relación bilateral.
Sin embargo, ¿qué más debe pasar más allá de la disculpa? La respuesta en este caso tendría que ver con que exista un cambio de actitud tanto de los entes gubernamentales como del Estado Mexicano en su conjunto para evitar masacres que le cuesten la vida a decenas de personas por distintos motivos, ya sea su raza, creencia o bien por la inseguridad.
Bajo esa óptica hay que reconocer que la violencia que vive el país desde hace años impide que actos contra la población civil no ocurran y las instituciones de todos los gobiernos mantienen responsabilidades en torno a esto.
Desafortunadamente ni la administración de López Obrador ha impedido tantas ejecuciones en todo el país ni tampoco ha traído justicia a la impunidad que impera en muchos casos de desaparición forzada y asesinatos. Una masacre en tiempos recientes que sigue con esa tónica oscura es la de Allende -que recién cumplió 10 años- y que involucró a grupos criminales en complicidad con autoridades de ese municipio y el estado que desaparecieron a varios pobladores.
Por esa situación ya hubo una disculpa hace un par de años y la encabezó la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, sin embargo aunque reconocer lo sucedido es un avance no hubo más que las palabras que se las llevó el viento.
Tiempo atrás, el exgobernador de Coahuila, Rubén Moreira, también pidió perdón a las familias que tienen a un familiar desaparecido en Coahuila y en ese marco fue entregado un memorial que le exigieron por las víctimas, pero a casi cuatro años de distancia ninguna de las personas ausentes por los años de mayor violencia ha aparecido.
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En mayo de 2019 algo similar hizo el hoy alcalde con licencia Jorge Zermeño Infante. Pidió una disculpa pública en una sesión de Cabildo por la participación que policías municipales tuvieron en la desaparición de un grupo de personas una década antes, aunque no lo hizo porque fuera algo que saliera de su voluntad propia, sino por una recomendación emitida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y al ser cuestionado del tema no supo dar detalles en torno al caso o el de las familias que promovieron la recomendación.
La disculpa que ofrece López Obrador a la comunidad china no me parece mala, al contrario, es algo necesario para cerrar una herida abierta en la sociedad lagunera. Pero también es indispensable que el presidente no nada más se centre en situaciones ocurridas hace más de 100 años y que haga lo propio con hechos del presente. Es necesario que los desagravios y la petición de perdón se transformen también en hechos que permitan verdad y justicia por la memoria de tantas personas.
MUCHAS GRACIAS
Con esta colaboración me despido de la audiencia de Red es Poder. Agradezco infinitamente a quienes durante varias semanas siguieron o leyeron esta columna. A Jorge y Gerardo, directivos de este proyecto independiente, también les reconozco la apertura del espacio y les deseo el mejor de los éxitos.