La Laguna está llena de gobiernos improvisados. Las y los alcaldes trabajan por inercia. Resuelven los problemas que se van presentando pero no vemos líneas de conducción que lleven a consolidar a una zona metropolitana competitiva.
Los gobiernos improvisados laguneros
Vemos a un Román Alberto Cepeda que continúa replicando lo que se viene haciendo desde, al menos, la administración de Eduardo Olmos Castro. Demostrar trabajo y avances significa organizar eventos, tomarse fotografías y subir todo constantemente a redes sociales. Inauguración de una exposición de arte, bacheos, pavimentaciones, pintura en parques. Al final, su gobierno se dedica a realizar temas de mantenimiento, no a impulsar proyectos transversales que, con combinaciones de recursos, pudieran atraer cambios genuinos para el bienestar de los torreonenses.
Por otro lado, vemos a Leticia Herrera quien, por tercera ocasión, tomó las riendas de la presidencia municipal de Gómez Palacio. La también empresaria, no se destacará por hacer cosas distintas porque no las realizó en sus dos anteriores gobiernos. De hecho, el segundo fue tan desastroso, que por primera vez en la historia el PRI perdió la hegemonía en el municipio.
Hoy en Gómez también vemos acciones como pintura y bacheos, pero no hay propuestas de proyectos concretos que vayan más allá del mantenimiento de la ciudad. La Laguna, por ese motivo, no crece, no genera inversiones atractivas y no genera empleos con sueldos competitivos.
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En Lerdo, Durango, Homero Martínez, quien acaba de ganar la reelección, es un alcalde que no se coordina, que no habla con sus homólogos, que actúa y decide de manera individual y que tampoco ha generado proyectos de inversión que promuevan el desarrollo de Lerdo.
Martínez, a diferencia de Cepeda y Herrera, está repitiendo como alcalde de manera consecutiva. Tuvo tres años para beneficiar a la ciudadanía que confió en él pero, hasta el momento, su gestión ha pasado totalmente desapercibida.
Gobiernos improvisados y una Laguna sin visión
Desde la sociedad civil organizada, existen esfuerzos para atraer la atención del gobierno federal, desde la Sedatu, para ayudar al fortalecimiento de la zona metropolitana de La Laguna, pero las gestiones son lentas y complicadas porque requieren de la aprobación de los cabildos, alcaldes y diputados locales.
Por la falta de visión y talento de las autoridades, La Laguna es una de las zonas metropolitanas menos competitivas del país. Ofrece salarios precarios, los delitos como narcomenudeo y violencia familiar están por las nubes y las calles cada día lucen más deterioradas.
El día en que un gobernante llegue con ganas de figurar por sus resultados y no la percepción que pueda llegar a tener la gente, en ese momento las cosas pudieran empezar a mejorar.
Mientras tanto, Román Cepeda, Leticia Herrera, Homero Martínez y hasta Miguel Ángel Ramírez, de Matamoros y Jonathan Ávalos, de Francisco I. Madero, destacan por tener gobiernos improvisados, de proyectos al vapor y de resultados intrascendentes.