Alfredo Loera relató en 469 páginas una guerra de intervención. Gómez Palacio fue el lugar ideal para dibujar un escenario de teorías absurdas, lugares absurdos y tragedias absurdas. El escritor nacido en Torreón, Coahuila, en 1983, pudo haber presentado el libro más extenso del que se tenga memoria en la región lagunera.
Desde las instalaciones del Instituto Municipal de Cultura y Educación de Torreón, Alfredo, junto a Armando Rivera y Fernando de la Vara, presentadores del libro, se tomaron poco más de una hora para platicar sobre la obra que retrata las enseñanzas, las anécdotas y los pensamientos del doctor Prometeus Maximus Claudius; un viejo rancio y cojo que vive en una vecindad de paredes raídas y agrietadas en Gómez Palacio.
La guerra de intervención
Para Fernando de la Vara, la prosa ágil y concreta de Loera ayuda al lector a devorar cada una de las páginas sin mayor problema. La virtud del libro es que mezcla ficción con filosofía con humor negro con realidades cercanas y con pensamientos casi distópicos.
«Me sorprendió el tiempo que viene en la parte de atrás, que viene en la escritura de la novela. Mantener un texto largo, profundo, hablando de lo mismo, es un reto muy grande. De entrada, por eso, el libro tiene mucha valía«, comentó el presentador.
Armando Rivera, por su parte, también alentó la escritura de Alfredo al recordar que su texto no pierde ritmo, es sencillo de leer y genera muchos pensamientos de fondo.
«Se ven las intenciones del escritor cuando propone un texto grande«; decretó Armando.
El libro es intimidante por su extensión. Los lectores de autores locales no están acostumbrados a consumir textos tan abundantes. El reto literario de Alfredo Loera no tiene desperdicio.
«Me parece un ejercicio de imaginación bastante respetable. La novela tiene muchos elementos en común entre los personajes. Por un lado está narrado en segunda persona, un narrador le está hablando a la persona y, por otro, la novela le está narrando al autor. La misma estructura hace que uno se envuelva en la novela», agregó de la Vara.
La psicosis y la conspiración son los elementos que llevan a la guerra de intervención. El doctor Prometeus se entiende como un personaje intimidante, sabio y absurdo al mismo tiempo.
Impresiones del autor de guerra de intervención
Alfredo sabe que, por su extensión, la novela será exigente con el lector. Loera acepta que escribir un libro de esas dimensiones fue difícil, pero leerla también lo es. Al final de cuentas, regalarse tiempo para leer es una fiel representación de cómo se puede ejercer la libertad más allá de las banalidades.
«Yo me quedo pensando en una idea de Jean Paul Sartre, que ahorita es un escritor que tenemos bastante abandonado. Él comentaba que la literatura es un acto que apela a la libertad del otro, porque escribir una novela en sí es un acto de libertad total, en el sentido de que no tiene una funcionalidad o una necesidad inmediata», explica Loera.
La guerra de intervención no fue pensada como un libro que venga a revolucionar a los lectores. Alfredo sabe que ese acto de libertad que lo motivó a escribir la historia, no necesariamente será el mismo que invite al lector a consumirla.
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«¿Qué sentido tendría para un escritor esforzarse? Porque quiere hacerlo, porque es libre de hacerlo, porque quiere ejercer la libertad de hacerlo. Invierte tiempo, dinero y esfuerzo y ya queda el texto, ahora viene la segunda parte, ahora el lector dice «lo voy a leer», ¿qué beneficio inmediato me puede dar?, otra vez, se está apelando a la libertad del lector», reflexionó Loera.
¿Dónde encontrar Guerra de Intervención?
Guerra de Intervención puede ser adquirida por la tienda de Amazon, ya sea en formato físico o digital. También está en los aparadores de la librería El Astillero. La presentación dejó buen sabor de boca entre el público.
«El destino siempre alcanza a los pendejos«, es una de las frases que destacó Fernando de la Vara dentro de sus comentarios y que Alfredo, en ese momento, no recordó.
La guerra de intervención tiene qué ver precisamente con la estupidez, con el absurdo, con las malas decisiones tomadas a partir de teorías no probadas e irremediablemente fracasadas.
Felicitamos a Alfredo Loera, quien también colabora para Red es Poder y llamamos a toda la comunidad lagunera a que consuman el arte local, que busquen el libro y abracen la idea de que todo lo que nos rodea está lleno de pequeñas ridiculeces que hacen más absurda nuestra existencia.