El Instituto Electoral de Coahuila vuelve a mostrar su incompetencia y su falta de fuerza para sancionar parejo y sin miramientos a todos quienes falten a la ley, independientemente de su filiación política.
El Instituto Electoral de Coahuila es un adorno muy costoso
Como un adorno muy costoso pudiera definirse al Instituto Electoral de Coahuila. En las últimas semanas, la Comisión de Quejas ha estado emitiendo medidas cautelares contra los aspirantes a la candidatura de Morena para el gobierno de Coahuila, sin embargo, no ha hecho lo mismo en contra de personajes como Miguel Riquelme y Manolo Jiménez Salinas, quienes desde su posición como funcionarios estatales, no pierden al oportunidad para dejar en claro que el PRI va a gobernar por otro sexenio.
Es así que la parcialidad del IEC a favor de Miguel Riquelme y el PRI es latente. La función del OPLE, en teoría, obligaría a construir un proceso electoral impecable, estricto e imparcial, sin embargo en Coahuila esta institución obedece a los intereses del gobernador en turno.
La imparcialidad el Instituto Electoral de Coahuila
El gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, no ha desaprovechado ninguna oportunidad para afirmar que hará todo lo que esté en sus manos para que el PRI se quede en Coahuila. Ha encabezado actos partidistas para llamar a la unión y a la organización y sus medios aliados le han puesto preguntas «de muertito» para que se luzca y todas las portadas lleven su postura.
Por otro lado, los precandidatos de Morena, que sí han cometido actos anticipados de campaña, que sí se han placeado por toda la entidad y que sí se han publicitado de manera ilegal, sí están siendo sancionados por el Instituto Electoral de Coahuila a través de la aplicación de medidas cautelares.
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El Instituto Electoral de Coahuila le cuesta a los ciudadanos más de 224 millones de pesos por año, haya o no haya elecciones. De esos recursos, más de 80 millones son para pagar la nómina de sus empleados. Pese a lo caro que sale su operación, las y los consejeros no han tenido las agallas ni la voluntad para crear un ambiente imparcial, en donde todos sean sancionados de manera pareja, en donde se revisen a detalle cada uno de los gastos ejercidos y en donde se anulen elecciones, tal como debió suceder en 2017 porque los dos contendientes rebasaron sus topes establecidos para gastos de campaña.
Al día de hoy, por las decisiones tomadas, el Instituto Electoral de Coahuila se está definiendo a favor de Miguel Riquelme y su estructura.
Gane quien gane, las y los coahuilenses se merecen un instituto más critico, imparcial, eficiente y que verdaderamente ayude a democratizar un estado que ha sido gobernado por el mismo partido desde hace más de 90 años.