Por Alejandro González Enríquez
«El objetivo del arte no es representar la apariencia externa de las cosas, sino su significado interior.» Aristóteles.
La fascinación y el misterio por entender su entorno, pero sobre todo a sí mismo, ha llevado al hombre a un sinfín de búsquedas para dar respuesta a la interrogante de nuestra efímera existencia.
El arte desde su trinchera nos acompaña desde tiempos inmemoriales en esta búsqueda de respuestas como lo fueron las representaciones rupestres que hablan de la visión en un mundo ancestral y que con el pasar de los años han cambiado en intención y técnica.
El mundo contemporáneo muestra nuevos planteamientos a la manera en la que nos percibimos y nos relacionamos. Claro que el arte no es indiferente a esto.
Liliana Fischer nació en Torreón, creció en Cuernavaca y llegó a la adultez en Houston. Por destino regresó a la ciudad que la vio nacer en donde era extranjera más que oriunda y ha demostrado con su propuesta artística ir más allá de su profesión y de la herencia familiar.
Perteneciente a una genealogía ligada a las artes, como por ejemplo lo fue su bisabuelo Paul Fischer; un extraordinario acuarelista, su madre Lilia Fischer “Rhiux.a” pintora local con notoria relevancia en el mundo artístico y hasta sus hijos que ya son parte también de esta vena creativa.
Fuera de lo que pueda representar este universo, desde pequeña sintió interés por expresarse en otros medios y vincularse con grupos intelectuales que tuvieran intereses comunes y que también nutrieran su percepción. Pero no fue hasta el regreso a su terruño de nacimiento que potenció su propuesta artística, la llevó a nuevas experimentaciones y además también la ha compartido con el público. Particularmente el desarrollo del proceso creativo, la posibilidad de expresión y los mundos internos que el arte abre han sido de primer interés de la pintora.
Las obras en diferentes soportes y técnicas son muestra de esta libertad que se ha ido configurando en series. Desde las más primigenias en las que se nota una marcada influencia del collage podemos escudriñar en esta búsqueda sensible del interior humano que poco a poco cambia a lienzos más coloridos en otras etapas y que finalmente la pintura más actual se muestra en los trazos seguros, cargados de una paleta pocas veces consciente pero muy bien lograda en la que los rojos, negros y azules, por mencionar algunos, crean una imagen de comunicación, catarsis, vinculo y sueño.
Te puede interesar | Patricia G. Santiago, contingencia y sanación
El contenido sexual intrínseco en nuestra humanidad se expresa en varias obras y ha sido parte medular de las exploraciones de Liliana en algunas ocasiones creando controversia por la confusión y el desconocimiento que tenemos de nuestro propio cuerpo y de lo sentimos, es por eso que también en su papel como psicóloga ha creado una firme postura en el arte vinculada a la expresión en arte terapia.
En su teoría, concepto y legado su trabajo es fundamental para ver otras posiciones de nuestra fragmentada realidad que además pone en valor una vanguardia artística local silenciosa pero que surge con mucha firmeza. En su caso, desde el refugio del edén verde que es su estudio en Torreón.