investigación deuda, influencias y gastos sobre secretaría de inversión público productiva de Miguel RiquelmePortada Reportaje
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En el auditorio de la Universidad Lasalle fue puesta ayer en marcha la campaña “Laguna: región de lectores”, proyecto coordinado por la Subsecretaría de Educación en la Región Laguna de Durango y apoyado por dependencias culturales, bibliotecas y universidades laguneras de ambos estados. La ceremonia contó con la presencia de Paco Ignacio Taibo II, escritor y promotor de la lectura que desde enero pasado encabeza el Fondo de Cultura Económica, la editorial más importante del Estado mexicano.

El programa de actividades que abarcará la campaña está precedido por una introducción que, entre otras ideas, afirma: “La deficiente lectura afecta la adquisición de nuevos aprendizajes en las escuelas, razón por la cual se ha buscado apoyar a maestros y directivos por medio de cursos, talleres, conferencias y eventos especiales con especialistas tanto de la SEP como de la UNAM. A partir de ello y considerando que la lectura es un asunto que no sólo compete a la escuela, sino que también corresponde a la familia y a la sociedad en su conjunto…”; así pues, el plan es incidir en diferentes espacios de la vida social para conquistar lectores, una de las metas a las que ha aspirado más insistentemente, aunque sin mucho éxito, la educación mexicana.

En México 58 de cada 100 personas no leyeron ni un libro en 2018.

Desde que recuerdo he visto aquí y allá, siempre, emprendimientos cuyo fin es crear lectores. La pregunta que me hago es simple: ¿es posible hacer lectores donde no los hay? La respuesta me orilla invariablemente a los callejones sin aparente salida del realismo: es difícil crear lectores porque leer es un hábito que nace y se desarrolla, la mayoría de las veces, misteriosamente, es decir, sin una razón que parezca muy clara. No hay fórmulas, no hay manuales ni recetas. Sabemos, sí, que en la medida en la que los libros anden en casa, en la medida en la que haya bibliotecas, en la medida en la que sean accesibles por su precio y su buena distribución, en la medida en la que haya ferias, en la medida en la que los maestros también lean y entusiasmen, en la medida en la que el Estado y los medios de comunicación se involucren, todo junto, es viable la utopía de ganar nuevos lectores.

Se trata de un hábito que nace y crece con lentitud, principalmente por contagio, no por obligación, así que el primer paso es comenzar por no creer que es fácil. No, no lo es, menos ahora con tanta tecnología distractiva, y por eso mismo toda cruzada es bienvenida.

Columna vía Ruta Norte Laguna.

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