Por Patricia Hernández González
Tú eres un sujeto en estudio simplemente…
T ú e r e s u n s u j e t o e n e s t u d i o s i m p l e m e n t e…
De regreso camino a mi casa, pensaba en esa expresión que había escuchado unas horas antes.
Una vez que llegué, me detuve a la entrada para levantar el recibo de la luz, cerca estaban un catálogo de ofertas y uno de propaganda, en seguida abrí la puerta, dejé las llaves, mochila, el teléfono, me quité los zapatos y fui a lavarme las manos. Fue entonces, justo al secarme la cara que me cayó la conciencia de mi lugar en el mundo. Relativamente claro ─pensé─, el “Big Data” es el rey de un asunto de valor y de consumo que invade a un modo de ser, es un término que se utiliza para definir un gran conjunto de datos o combinación de estos.
Cada día y un poco más, la tecnología manda en nuestra vida y en relación también con las ideas. Almacena y procesa todas las fuentes de información que dice conocer para suprimir, sugerir o explotar las libertades. Es un mundillo que surge de dicho saber, tiene un sistema para extraer información valiosa que desentraña a un cliente potencial, un seguidor, un proyecto, un producto innovador o un futuro político.
El mundillo es inmenso, tan extenso que inunda de aproximaciones, de tendencias, de volátiles datos que den utilidad. Revisa la verdad (in)confesada, los registros, se asume inteligente para dominar y ser “confiable”. El mundillo genera la estadística, las ventajas, el impacto, es un metiche y un “buen observador”. Analiza en frio, mide, clasifica, supone, induce mis decisiones, comprende más que yo cuáles son mis gustos y necesidades.
Rápidamente en cuestión de minutos, los algoritmos de «Machine Learning» identifican patrones complejos en millones de datos.
Este método científico, del ámbito de la Inteligencia Artificial, crea sistemas que aprenden automáticamente. Escribe: “La máquina que realmente aprende es un algoritmo que revisa y es capaz de predecir comportamientos futuros. Automáticamente, también en este contexto, implica que estos sistemas se mejoran de forma autónoma con el tiempo, sin intervención humana”.
Increíble, verdad.
Las plataformas que utilizamos, son en realidad grandes vigilantes, un ojo que todo lo ve. Así que no te infartes cuando das, entregas, avalas, confirmas los términos y condiciones para el uso de tus datos personales o tu privacidad. Siento decirlo, pero formamos parte de la cadena alimenticia de la red.
Lo cierto, es que prácticamente ya somos entes públicos bajo el uso de cookies de navegación.
El mundo en que nos movemos, crea y extiende el espacio mismo, que ocurre incluso, en las formas de trabajo, de producir, de relacionarnos en una masa global. En ocasiones, hasta un punto en que los afectos se ponen a prueba, se cotizan como una mercancía.
Sistemas de “cooperación” y “colectividad” han surgido en el mercado con más fuerza, un emprenderismo de comercios y negocios en línea, donde se trata de publicitarlos en páginas digitales y en redes sociales.
Un ―únete ahora― en descargas de apps para ganar dinero que convierten a todos en vendedores, promotores; en comunidad repartida.
A veces, hace imposible ser persona sin un propósito, porque conectar, acceder, es entrar a la forma novedosa propiamente de medios de producción, de valor y de consumo donde el capitalismo alcanza su plenitud en universos de micrositios de la web.