Esta afirmación nos permite hacer unas breves reflexiones de lo que nos puede ocurrir a todos los súbditos que vivimos en este país. Uso el término de súbditos y no ciudadanos, porque insisto, no hemos superado la forma como nos definió a los mexicanos el Marqués de la Croix, Capitán General de la Nueva España y Virrey de la misma “De una vez y para lo venidero deben saber los súbditos que nacieron para callar y obedecer y no para discutir y opinar de los altos asuntos de gobierno Bando 25 de junio de 1767” hace más de 250 años.
Y también cambiando el «somos» por «seremos», pues seguimos siendo sujetos a los caprichos y ocurrencias de los gobernantes; llámesele presidente municipal, gobernador o presidente de la república y aunque el actual gobierno federal dice que no somos iguales lo estamos viendo como en un espejo de los anteriores.
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No se trata de defender a los periodistas, reporteros, analistas, o medios masivos en general, sino que al anular a éstos, los que seguimos seremos los simples ciudadanos, sino es que ya estamos en igual o peor riesgo, ya que por ejemplo el daño moral lo puede alegar cualquier político corrupto, pues si alguien divulga o difunde algo relacionado con ese político, ya sean hechos reales, comprobados o no, la reclamación las “autoridades judiciales” la aceptan y proceden contra el que haya hablado mal de algún individuo de esta calaña.
Otro peligro que se cierne es el gran paso que se quiere dar al eliminar el sistema penal acusatorio y todas sus consecuencias. Por ejemplo, no se respetará la presunción de inocencia , sino que se regresará al no investigar para arrestar, sino detener a cualquier persona para investigar cualquier supuesto delito, se volverá a la tortura, que la vuelva la madre de todas las pruebas, la confesión de parte, así sea conseguida por medio de la tortura, cateos sin órdenes judiciales, conseguidas por teléfono del juez, y ver la nota en los medios, cualquier persona podrá ser arrestada sin orden de aprehensión y “arraigada” hasta cuarenta días sin acusación formal y menos consignación, etcétera.
Estos “rumores” tienen bases. Por ejemplo, quien atienda las mañaneras se dará cuenta de todas las descalificaciones, acusaciones, denuestos, a medios, periodistas, reporteros y personas en general. La otra fuente de estos rumores es la “filtración” de las propuestas al código penal, que dicha en términos vulgares y coloquiales, «le estaban midiendo el agua a los camotes», nadie sabe, nadie supo y nadie sabrá de dónde salió esa “iniciativa” que fue entregada a la oficialía de partes del congreso.
Por lo tanto, actuamos como verdaderos ciudadanos exigiendo nuestros derechos y respetando nuestras obligaciones, o todos pasaremos a ser «Sergio Aguayo» y a pagar en dinero, en especie o con cárcel.