Hace algunos días y algunas semanas, explotó hermosamente la noticia de que Anaya estaba agrediendo el Código Electoral del Estado de Coahuila de Zaragoza, específicamente al artículo 134 inciso a:
«Las precampañas en el caso de la elección de gobernador iniciarán sesenta y cinco días después de iniciado el proceso. No podrán durar más de veintitrés días».
A parte del abuso preocupante del verbo iniciar en el código, ahí dice claramente que los actos de promoción electoral deberán evitarse en tiempos tan alejados de lo que se consideraría legítimo. Anaya abusó, en su momento, de ésta regla y de la inteligencia de los ciudadanos coahuilenses al tratar de disfrazar obvios actos precampañales. Hace algunos días el panista optó por protegerse de los medios y bajar la propaganda y dejar en amarillo la escena del crimen.
Siguiendo la pauta de los estatutos oficiales, no debería haber actividades de ésta índole hasta enero o febrero aproximadamente, que es cuando los candidatos de los respectivos partidos van a ser elegidos por sus instituciones para representar sus organizaciones políticas, a partir de entonces deberían ser capaces, de manera legal, para decirle al pueblo directamente «véanme» y «soy diferente» y «si me apoyan, será su mejor decisión» y «si gano yo, ganamos todos». Hasta entonces, éstas dinámicas solamente rodean lo inmoral y lo antijurídico, traicionando la transparencia de toda la política que involucra las próximas elecciones.
Aunque Guillermo del PAN haya optado por eliminar su violación al código, dejó la pauta para otros y otras que están, evidentemente, desesperados por sentarse en la silla de nopal y dar las órdenes en Coahuila y manejar los presupuestos altísimos que conlleva tener el poder ejecutivo. ¿Qué piensa el pueblo de éstas gigantes faltas al autoestima social, comunitario y político?
¿Qué piensa de que a éstas bonitas fechas de felicidad, de bondad y de festejos que son éste noviembre y diciembre, los políticos insisten ya en bombardear tan rápido y tan groseros con sus precampañas y sus actos bonachones abajo del agua que incluyen mensajes de texto y de voz y anuncios promocionales y pagados en todas las páginas virtuales y redes sociales posibles?
¿Qué piensa del abuso a nuestro bonito territorio norteño? ¿Será lo suficiente como para considerar un voto más razonado, que considere irregularidades legales como estas?
Ojalá que sí, porque independencia y periférico son tan transitadas que la crítica está al pie del cañón, listas para que el ciudadano opine a diestra y siniestra.