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La verdad, ¡cuánto daño se ha hecho en tu nombre!

En los que menos se puede confiar es en aquellos que dicen tener la verdad, o quienes dicen que Dios les habla. En contraparte, debemos aplicar mejor “busquen la verdad y la verdad los hará libres”.

Una entre múltiples versiones es la siguiente: “El término verdad se le suele colocar al lado de otros términos sinónimos: autenticidad, coherencia, honestidad, sinceridad, integridad, transparencia, hombre de una sola pieza. O esta otra: «El valor de la verdad. Significa honestidad, buena fe, sinceridad humana y está relacionada con el corazón humano y las actividades personales, sociales, políticas y económicas…»

Y contrapuesto a verdad, tenemos: mentira, hipocresía, fariseísmo, doblez, engaño, duplicidad de vida, fachada, ocultamiento, ambivalencia, inescrúpulo.

La realidad es que en México, hemos estado huérfanos de estos valores. La historia nos ha narrado que como México no hay dos y analizando a nuestros héroes, todos dejan mucho que desear en cuanto al valor de la verdad, incluso hasta en el tiempo  en el que vivimos, por ejemplo La “dictadura perfecta” del PRI, cuya frase de campaña  era: «Prometo, prometer promesas, PRImero México..»

En cuanto a los políticos, se define que éstos, por antonomasia, mienten y me permito citar una frase atribuida a Otto Von Bismark: “Nunca se miente más que después de una cacería, durante la guerra y antes de unas elecciones”.

El problema es que en nombre de la “verdad” y la “democracia” han llegado al poder gobiernos populistas de derecha, por ejemplo Trump, Johnson, Bolsonaro, Fernández y en contraparte de izquierda: Erdogan, Chavez-Maduro, Ortega y López Obrador.

“El populismo está de moda. La aparición en distintas partes del mundo de líderes con discursos radicalizados, que se asumen como representantes de esa entidad amorfa llamada pueblo, y que proclaman combatir a élites contrarias a los intereses nacionales, llevó a muchos analistas a reutilizar este concepto».

Te puede interesar: Democracia a secas.

Pero es uno de los términos más controvertidos de la política moderna. No es como el socialismo o el liberalismo, que son ideologías que definen un conjunto más o menos claro de valores, y que son reivindicadas por quienes se identifican con ellas. Nadie se reconoce populista, y muy pocos terminan de entender qué es, aunque ya forme parte del léxico cotidiano.

Más que una ideología, es una forma de estructurar el relato político y de ejercer el poder. Como toda forma, puede llenarse de distintos contenidos, incluso antagónicos, como las ideas de izquierda o de derecha, sin perder su esencia.” (INFOBAE, The Guardian)

¿Por qué esta perorata? Porque al no tener información verificable y confiable, cada quien jala por su lado y otra vez, no podemos confiar en los políticos, en sus partidos y en sus gobiernos y tendremos que ser los ciudadanos quienes actuemos para sacar adelante a este país en todos sentidos: derechos humanos, democracia, libertad, combate a la corrupción e impunidad, Salud, trabajo, paz, bienestar y un largo etcétera. 

 

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