Los últimos seis o cinco años se ha recrudecido la lucha por la defensa del territorio en la Sierra Tarahumara. Los grupos delictivos han funcionado, en la mayor parte de los casos, como brazos armados para efectuar los despojos cuando defienden sus tierras de la tala irregular, de la minería, de megaproyectos o del control por la siembra de enervantes. El resultado es familias completas (indígenas y mestizas) desplazadas de manera forzada, homicidios y una amenaza constante y generalizada.
El pasado 27 de octubre, asesinaron a Joaquín Díaz Morales de 70 años, jefe de la brigada de incendios y ejidatario de Tule y Portugal, en el municipio de Guadalupe y Calvo.
Además, los habitantes de la comunidad Bahuinocachi del municipio de Bocoyna, han interpuesto una serie de denuncias ante autoridades estatales y federales, sin que hasta ahora encuentren una solución al saqueo del bosque ni contra las personas de un grupo delictivo que los han amenazado, a pesar de que el gobernador hizo acto de presencia el mes pasado.
En el primer caso, el asesinato de Joaquín Díaz puso en alerta a la comunidad, él había sido amenazado de muerte y desde el 2014, los habitantes han sufrido amenazas y asesinatos por defender su territorio. Varias personas se han ido para salvar su vida.
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