Ricardo Legarda Vázquez, alumno de la Universidad Iberoamericana, fue, junto a otras 12 personas encontradas hasta el momento, víctima desde el año 2000 hasta el 2010 de abusos y violaciones sistemáticas por el sacerdote y maestro jesuita Juan José Esquivias López, informó el periódico La Jornada, con sede en la Ciudad de México.
En su edición dominical, el diario reporta a su vez que Jaime Federico Porras Fernández, secretario de la Compañía de Jesús en México y director de la “Ibero” – como se le abrevia popularmente a esta institución educativa –, le dijo a Legarda Vázquez sobre el caso: “lo único que podemos hacer por ti es pagarte la terapia psicológica”.
Legarda, originario de la ciudad de Chihuahua, relata que su historia de abuso con el padre Esquivias comenzó cuando él tenía 13 años, al ser invitado por el clérigo, quien además era el director del Centro Comunitario Loyola y de la Casa de la Cultura en Villa Vieja, a ser monaguillo en el templo de Nuestra Señora de Guadalupe, en la colonia Villa Nueva. Hijo de un obrero y una trabajadora de maquila, unos días después de la invitación fue nombrado “coordinador de servicios del altar” por Esquivias López, de lo que se sintió afortunado. “Te doy este puesto porque tú eres un niño muy diferente a los demás, eres alto y blanco con facciones finas y eso resalta en el altar entre todos los niños morenos y bajitos”, declaró el sacerdote.
En la nota, Legarda relata los abusos que sufrió por Esquivias López. El 7 de agosto del año 2000, éste último lo invitó a un cine local y, cuando comenzó la película, procedió a tocarle la pierna y le tomó la mano para que la pusiera en su pene, que ya estaba fuera de sus pantalones, al que instruyó para que masturbara. Una semana después el abuso se repitió en la oficina de Esquivias en el centro Loyola, a donde llevó a Legarda con la razón de que iba a enseñarle a usar la computadora. Ahí, dice Ricardo, le obligó a practicarle sexo oral.
El joven también relata que dos semanas antes de cumplir los 14 años, fue que Esquivias lo violó de forma violenta en la habitación del mismo. “Introdujo su pene en mi ano hasta que eyaculó. Fue muy doloroso y horrible porque empecé a sangrar, un sangrado que duró varios días. Yo me sentía muy asustado porque a pesar de sangrar él seguía penetrándome los siguientes días. A partir de entonces, las violaciones se repitieron cinco o seis veces por semana, hasta el año 2002, cuando la Compañía de Jesús lo nombró vicerrector de la Universidad Iberoamericana en Torreón, Coahuila.
Los abusos continuaron en esta ciudad y en el Colegio Ibero de Tijuana, donde La Jornada reporta que fue violado por última vez en 2010. Ricardo intentó suicidarse, y las depresiones lo llevaron a buscar ayuda terapéutica. El 12 de agosto de 2015 rompió su silencio y le escribió una carta a Francisco Magaña Aviña, provincial de la Compañía en México para denunciar los abusos de Esquivia López. Los jesuitas le piden discreción “por caridad cristiana” para que nadie se entere del caso y sólo movieron de sede al sacerdote. Afirma que posteriormente, la Ibero, donde estudiaba, condicionó su beca para evitar que hablara.
Fue en junio de 2017 que Ricardo decidió interponer una denuncia penal ante la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, misma que fue desechada, argumentándose la prescripción de los delitos, por lo que el pasado julio la Comisión Nacional de los Derechos Humanos abrió un expediente para investigar lo sucedido. Ricardo insistió y el pasado 8 de agosto volvió a presentar la denuncia con base en la imprescriptibilidad de este tipo de delitos. Actualmente el caso es investigado por la agente contra la Familia de la Unidad Especial Contra la Libertad y Seguridad Sexual del Ministerio Público, de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, con la numeración 19-2018-0019323.
Ricardo explicó a la Jornada que ya han encontrado 12 víctimas más de Esquivias, ubicadas en los diversos lugares donde trabajó para la Compañía de Jesús. “Entiendo que será un proceso largo para estas víctimas. A mí me costó 17 años, aún en este momento sigo peleando en mi interior para sanar y construir mi vida, para dignificarme. Lo primero es que ellos reconozcan que no son culpables de lo que les pasó. Se trata de un sacerdote que abusó de su inocencia, que los violó, que creó un escenario. Por eso invito a más víctimas a denunciar. Si nos callamos y nos lo llevamos a la tumba esto va a seguir igual. Hay que alzar la voz para que no se vuelva a repetir”.
Esquivias López actualmente dirige la asociación Decide vivir México, AC en Guadalajara, vinculada con fondos y convenios con el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (Iteso), otra de las instituciones educativas de los jesuitas en México, afirmó el diario capitalino.
Palabras desde la Compañía de Jesús
Sobre esta noticia, en exclusiva con Red es Poder, un miembro de la Compañía de Jesús que pidió permanecer en el anonimato, señaló que Esquivias López salió ya hace 3 años de la orden religiosa. Según su testimonio, el presunto pederasta ya no forma parte de la comunidad jesuita; “ya no vive en nuestras casas”, declaró utilizando el argot de la organización católica.
“Es algo penoso para nosotros como cuerpo religioso”, declara, “y los jesuitas somos corresponsables. Me da pena ajena. Si ya lo sabían aquí, ¿por qué no lo dijeron a tiempo? Eso se tiene que decir, no podemos tapar el sol con un dedo”.
El jesuita declaró a su vez que le toca a la curia, al provincial y a Jaime Porras aclarar la situación. “Esta es la realidad y tenemos que afrontarla como Compañía, no maquillarla o taparla. Esto nos desprestigia con las personas con quienes trabajamos, y da una mala impresión de que todos somos así, cosa que no es cierto en lo más mínimo”, concluyó.
Sobre la supuesta salida de Esquivias de la Companía, al preguntarle la razón por la que el sacerdote jesuita aún sea referido como tal, afirmó que tal vez “aún no haya presentado sus dimisorias” de la organización, haciendo que legalmente siga dentro de la misma. Alegó que la Compañía tiene total capacidad de expulsarlo sin esperar que él dimita voluntariamente; sin embargo, esto no se ha hecho hasta el momento.
En su declaración, a su vez, se aventuró a especular que el mismo Esquivias López puede estar involucrado en la difusión del caso, pues dice: “tal vez quedó en malos términos con el provincial y salió resentido”.
– ¿aunque este caso le afecte a él personalmente?
– sí, eso creo.
Para mayor información, se incluye en este artículo la versión original de La Jornada, el cual se puede encontrar en La Jornada