Al principio se conformó el bloque del noreste, un grupo de tres gobernadores integrado por Miguel Riquelme de Coahuila, Francisco Javier García Cabeza de Vaca de Tamaulipas y Jaime Rodríguez de Nuevo León para expresar su malestar en contra de la estrategia diseñada por el Gobierno Federal para mitigar los efectos de la epidemia Covid-19.
De pronto, el grupo comenzó a obtener más visibilidad, desconoció a Hugo López-Gatell y se comenzó a hacer más grande.
El pasado 31 de julio fueron 9 los gobernadores que firmaron un pronunciamiento en donde solicitaron la renuncia de López-Gatell. Cada uno de ellos, desde su trinchera, han criticado el discurso y las decisiones tomadas por la Federación. En el caso específico de Coahuila, Riquelme dijo que no haríann caso a las disposiciones, que en su entidad no hay nueva normalidad sino «nueva realidad» y que aquí los semáforos no aplican.
¿Ha funcionado la estrategia de contención emprendida por el Gobierno de Coahuila?
Hasta el 9 de agosto Coahuila es el cuarto estado a nivel nacional con más casos activos estimados, con 2 mil 339. El tercer lugar es Guanajuato, gobernado por Diego Sinhué Rodríguez, con 2 mil 753, ambas entidades forman parte del bloque opositor a la 4T. El quinto lugar de esa lista es Nuevo León, con 2 mil 405 y en décimo Jalisco con 1,704.
En otras palabras, cuatro de los nueve gobiernos que solicitaron la renuncia de López-Gatell y que han desconocido la estrategia propuesta por las autoridades sanitarias federales son, al día de hoy, de los estados más vulnerados por la enfermedad.
En cuanto a ocupación de camas de hospitalización general, cuatro de las diez entidades con mayor nivel de saturación también forman parte del bloque opositor.
La segunda a nivel nacional es Nuevo León con el 69% de ocupación, Coahuila es tercera con el 62%, Colima es cuarta con el 61% y Guanajuato es novena con el 47%.
¿Lo han hecho bien o mal los gobiernos opositores a la 4T? La realidad es que la epidemia ha impactado de sobremanera a todo el país. Los números hablan por sí solos; 52 mil 298 vidas que fueron truncadas, 480 mil 278 contagios confirmados acumulados, 29 mil 667 casos activos acumulados.
A estas alturas de la epidemia, los gobiernos estatales, sin importar partido o ideología, tienen que entender que primero está la salud pública y el bienestar social antes que los egos y las disputas políticas.
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Por un lado, los gobiernos opositores a la 4T están aprovechando cualquier espacio para desprestigarla, para restarle autoridad y hasta para sugerirle cómo se deberían hacer las cosas. ¿Por qué hacer eso? Claro, el 2021 será año electoral y el panorama político nacional podría cambiar radicalmente.
Por otro lado, a la Federación y en concreto a Hugo López-Gatell, le ha faltado poder de persuasión y habilidad para negociar. A nivel nacional e internacional especialistas y medios de comunicación han criticado y se han burlado del Subsecretario por la manera en que los estados opositores minimizan e ignoran su trabajo.
Resta pedirles a los gobernadores «rebeldes» humildad, inteligencia y una visión meramente social. A la Federación habría que solicitarle ser más exigente con las entidades. La mala coordinación y el poco liderazgo han provocado muchas muertes, cierres de empresas, crisis familiares y mucha incertidumbre.
Gobernadores, síganse reuniendo pero para promover acciones coordinadas y basadas en métodos científicos que ayuden a desacelerar la curva de contagios. Los espacios para grillar, criticar funcionarios y decir que todo lo están haciendo mal no sirven para nada, no construyen, no proponen y no salvan vidas.