Después de cuatro años de negociaciones con locatarios, vecinos y terratenientes, el 13 de noviembre de 2014 se iniciaron los trabajos para transformar la calle Morelos en un paseo peatonal. Este proyecto recordó otros más que se han realizado en distintos lados del país con éxito como Durango, Ciudad de México, León, entre otras. ¿Cuál es la característica de estas avenidas? Los peatones son libres, los autos son desplazados a calles aledañas para poder disfrutar de un espacio exento de ruido, de tránsito, de smog y de tumulto.
Las acciones de gobierno que promueven e incentivan a los comerciantes para poder mejorar sus ventas y sus conceptos empresariales son fundamentales. Construir espacios públicos por y para la ciudadanía es una obligación imperante de cualquier municipio, estado y país.
Como se mencionó hace unos párrafos, hace casi 24 meses se iniciaron las obras. Como ciudadanos no se puede entender tanta demora en una obra pública. Dos años en la construcción de un paseo peatonal parecen una exageración, en otros países del mundo, durante ese lapso de tiempo, se edifican puentes, vialidades, drenajes, estadios, teatros, carreteras y todo sin retrasos ni complicaciones. Hace unos días leí una nota en la que se presumía la eficiencia en Holanda, en donde levantaron un puente en poco más de dos semanas. En ese mismo tiempo, en este país, ni siquiera son capaces de poner al primera piedra.
Hoy, 4 de octubre de 2016, las obras, según las autoridades, están al 75% de avance. ¿Es justo que demoren tanto tiempo, importunando y afectando así a cientos de comercios que cohabitan en la zona? ¿Así como el Paseo Morelos, por qué aún ni siquiera inician los trabajos de reconstrucción del puente de Villa Florida que tiene más de cuatro meses clausurado y demolido? ¿Qué necesitan nuestras autoridades para trabajar con eficiencia y para no levantar sospechas sobre algún desvío de recurso?
Caminando por la Morelos, me percaté que, sobre la acera habían muchos autos estacionados. Una camioneta color dorado modelo Venture yacía estorbando el paso peatonal de manera horizontal sobre la calle Degollado y justo en frente de ella, estaban asoleándose con un cinismo pasmoso un par de policías.
Recuerdo la calle Madero en la Ciudad de México, que a pesar de la cantidad industrial de personas que la cruzan día a día para pasar del Zócalo hacia Bellas Artes, ni un automóvil se estaciona o circula por ahí, todo se da en cruces y calles aledañas. También recuerdo la calle Constitución en Durango, paseo atiborrado de un aire colonial, árboles, bares, cafés, restaurantes, botes de basura y, sobre todo, exclusivamente de uso peatonal, ni un solo coche es visto por ahí. Veo el Paseo Morelos y pasa todo lo contrario; noto automóviles estacionados sobre la acera, otros más que circulan sobre la calle y algunos otros que, al estar por tiempos largos dentro del proyecto líder del alcalde Riquelme, estropean las recién y tardadas construidas aceras del lugar.
Señor Riquelme, señor Berlanga, señores trabajadores del ayuntamiento, fijen reglas claras, no permitan que un incipiente paseo peatonal se convierta en un híbrido que sólo fortalezca la imagen de un alcalde superficial y egoísta. Promuevan el uso de bicicletas y cuiden a los peatones, quienes han sido abandonados y la prueba está en la ausencia de banquetas, en la precaria cantidad de árboles para embellecer y refrescar el camino, en el poco y casi nulo respeto del automovilista a quien camina, en la falta de señalamientos y pintura en las esquinas y en la firme convicción que tiene nuestro gobierno de construir obras grandes, chonchas y lucidoras como puentes, teleféricos, paseos que presuman que los impuestos sí son utilizados a pesar de la intrascendencia de las mismas.
La de hoy fue mi segunda experiencia en un paseo que lleva dos años de construcción y que aún no lo terminan. Lo de hoy fue una experiencia amarga y triste, porque noté que los proyectos del alcalde no están consolidados, sólo son ocurrencias insolventes que tratan de salvar una de las peores administraciones en la historia de la ciudad.
Foto de Noticieros Grem