Déjalas caminar, déjalas vivir, que sin ellas la vida no es igual.
Deja sus hermosos pétalos, que sin ellos se extinguen.
Y si pasa, seguimos nosotros,
al final, la violencia lo devora todo.
Déjalas hablar, déjalas vivir, que merecen la luz y más destellos
Deja sus hermosas alas, no se las cortes en pleno vuelo, que sin eso la vida no es igual
Déjalas andar, déjalas vivir, que merecen estar sin temer a su fin
Deja a esas rosas, que como mujeres han venido.
No hagas salpicar la sangre de su tallo, no cortes sus raíces
Déjalas vivir, que merecen andar sin miedo,
Deja de extinguirlas, ningún daño pasa por debajo de nuestras narices
De su sangre emerge el freno de cada maldito acontecimiento
Y…¿qué carajo ganas al convertirlas en mártires y provocando miedo?