Somos lo que consumimos. Nosotros nos encargamos del contenido que queremos consumir y, por lo tanto, compartir. Pero, ¿qué tanta veracidad tiene la información que leemos o escuchamos? Y, aún más importante, ¿qué tanto nos preocupamos por confirmar la veracidad de dicho contenido?
No es que la desinformación sea un tema nuevo, ni mucho menos. El problema es que cada vez se vuelve más “normal”. Piensa la frecuencia con la que entras a Facebook o Twitter a “curosear” y entre tanto meme, challenge y modas extrañas, te topas con alguna nota que alguno de tus contactos compartió, nota que desde el título y las faltas de ortografía invita a checar la fuente, el autor e indagar más sobre el tema. Podría ser que ese contacto la compartió en tono de burla, claro. Sin embargo, el conflicto está cuando se comparte con preocupación y hasta con miedo, aquí es donde se detona una bomba y una cadena de temor entre un sinfín de gente para así formar la sociedad de la desinformación.
Muchos podemos saber la importancia que tiene la lectura en nuestras vidas. Ahora bien, ¿cuántos nos damos el tiempo de analizar lo leído?
A la desinformación también se le puede conocer como manipulación informativa o manipulación mediática. No importa cómo se le llame, busca lo mismo: provocar en las personas el desconocimiento o la ignorancia con el fin de evitar la divulgación del conocimiento de información poco favorable para quien desea desinformar. Al fin y al cabo, a lo que más le temen los altos mandos, es a una sociedad informada.
¡OJO! Con esto no quiero decir que ya no creas nada de lo que lees. Simplemente, es una invitación al análisis, a usar las capacidades que tenemos como la razón, el juicio, el raciocinio y la sensatez. De indagar y darnos cuenta de que existen varias formas de combatir la desinformación y no vivir “infoxicados”.
John Cook y Stephan Lewandowsky, autores de “The Debunking Handbook”, guía corta para comunicadores de diferentes áreas que buscan combatir a la desinformación y a la sociedad “infoxicada” (te dejo el link de la guía al final del texto), en su documento, nos comparten algunos principios para iniciar la búsqueda de la erradicación de la manipulación mediática:
- Considerar qué brechas pueden crear la corrección de una información en el modelo mental de la persona, y llenar ese hueco con una explicación alternativa.
- Repetir las correcciones, pero tomando en cuenta que un abuso de repetición puede hacer que las personas incrementen su confianza en la desinformación.
- Remarcar los hechos que se quieran comunicar, y no la información incorrecta, ya que una exposición repetida a la información puede hacer que ésta quede más accesible en la memoria.
- Si hay que mencionar información que no es correcta, proporcionar una advertencia explícita de que se va a mencionar una información falsa. (Una nota de “broma”, por ejemplo)
- Privilegiar las correcciones cortas y sencillas: si la información incorrecta es más atractiva y simple que la corrección, será cognitivamente más atractivo y fácil de procesar.
- Tener en cuenta si la corrección puede amenazar la visión del mundo de la audiencia: esa amenaza puede hacer que el público se aferre a su visión particular, bloqueando la corrección. En ese caso, la corrección puede presentarse de manera que, en cierta manera, afirme la visión de los oyentes.
Estos mismos autores mencionan algo muy importante en su guía, y es que: las técnicas para combatir la desinformación también pueden ser utilizadas para desinformar a la población. Es por eso que remarcan la importancia de que el público tenga un conocimiento básico de los efectos de la desinformación, como medio encargado de desarrollar una habilidad de escepticismo ante la información que recibimos, para así, protegernos de los efectos de la manipulación informativa.
En resumen, duda de lo que lees, investiga, analiza, juzga. Quién sabe, tal vez estás leyendo puras mentiras mías.
“Somos lo que hemos leído, o seremos, por el contrario, la ausencia que los libros han dejado en nuestras vidas”.- Tomás Eloy Martínez
Link “The Debuking Handbook”: https://www.skepticalscience.com/docs/Debunking_Handbook.pdf