En una noche como esta, un ritual satánico dio comienzo. El sacrificio: un caballo y una hermosa mujer. Un certero hachazo hizo que cayera el rostro del caballo. El verdugo limpió con su lengua la sangre tibia del metal asesino. Los cantos envolvían la oscuridad, los gritos de la mujer espantaron la tranquilidad de los muertos. Su bello rostro cayó como el anterior, pero la sangre que manaba del cuerpo que se convulsionaba se sirvió en copas de cristal, y se invitó a los habitantes del infierno. El hilo y la aguja le dieron vida a esta leyenda, La mujer cara de caballo”.
En una noche como esta, se pasea una mujer envuelta en velos negros. Vaga por las calles solitarias buscando hombres que se encuentren hundidos en caldo etílico también violadores y trasnochadores. Ellos son atraídos por esa figura exuberante y cadenciosa, la persiguen, la hostigan y finalmente la alcanzan. La mujer descubre su rostro…
En una noche como esta, un alma maldita aguarda en la oscuridad, esperando bajo un velo…
En una noche como esta, un velo guarda una cara desfigurada y podrida: una cara de caballo. Te observa con los ojos inyectados de sangre, y al mirarla, sentirás, la locura trepando por tú piel.
En una noche como esta, tal vez… la podrías ver.