Peculiar situación la de los Guerreros del Santos Laguna. Hoy veo una afición molesta, frustrada y decepcionada de un equipo que no ha dado resultados en el torneo y prácticamente se ha despedido de esperanzas de una nueva liguilla en el año.
El torneo anterior los Guerreros calificaron con 26 puntos en el quinto puesto y fueron eliminados en cuartos de final frente a Toluca. Aunque el puntaje logrado por los albiverdes en aquel torneo es bastante decente, no hay que olvidar que son producto de cinco victorias, una derrota y once empates. Once.
Así podríamos irnos en retrospectiva torneo por torneo y encontrarle peros al equipo en su funcionamiento para darnos cuenta que esa molestia, frustración y decepción viene siendo arrastrada desde años atrás.
Desde el Santos de Benjamín Galindo, los Guerreros no han recuperado aquel juego agradable que les caracterizó durante mucho tiempo y que, aun en la derrota, llenaban el ojo del aficionado que asistía a la entonces Casa del Dolor Ajeno. Después del título conseguido por el propio Galindo en 2012 y el nacimiento de Orlegi Deportes para hacerse cargo del Club Santos Laguna, en las canchas del Territorio Santos Modelo no se ha vuelto a ver un equipo sólido y convincente.
Los logros conseguidos por Pedro Caixinha no fueron más que un accidente provocado por la irregularidad del futbol mexicano; en el Apertura 2015, Santos tuvo uno de sus torneos con peor funcionamiento, cada jornada se veía a un equipo gris sacando resultados sin jugar a nada y alcanzando a arañar el octavo puesto de la tabla por solo tener tres goles más que Cruz Azul (9no lugar).
Un par de buenos partidos en la vuelta de las semifinales ante Chivas y la ida ante Querétaro en la final permitieron a Santos llevarse el título en uno de los torneos más irregulares de los últimos años en nuestro país.
La campeonitis del siguiente torneo fue un golpe de realidad para un equipo que tenía tiempo sin jugar a nada. Se fue Caixinha y llegó Ayestarán. Nada pasó; se fue y llegó Zubeldia y después el Chepo y ahora Siboldi.
La afición quiere un equipo con garra y actualmente no lo tiene.
Cada vez se habla más de las viejas glorias guerreras que de quienes hoy en día cobran unos cuantos millones por “defender” la playera santista cada fin de semana.
No hay que olvidar que el equipo está bajo el cargo de un presidente que se ha mostrado bondadoso con el Club América para venderles esporádicamente a algunos de sus mejores guerreros. Ese mismo presidente que ha ido convirtiéndose en uno de los más influyentes directivos en la toma de decisiones para la Selección y la Liga Mx. No quisiera pensar que los intereses del Sr. Irrarragori estén tomando otros rumbos diferentes a los del club.
En sus últimas declaraciones descartó que en enero pueda venir una inversión como aquella de 2007 en la que trajeron refuerzos bomba para la salvación del equipo.
Y ese, es otro tema aparte.
Hay mucha paranoia en medios locales y redes sociales por involucrar al equipo en problemas de descenso. Aunque el problema es latente, no hay que olvidar que actualmente cinco equipos están por debajo de los Guerreros en la tabla de cocientes, y con una pequeña buena racha los laguneros podrían irse alejando de la hoguera. Por lo tanto, es muy probable que el descenso termine definiéndose entre Veracruz, Querétaro y los equipos poblanos.
Pero claro, el Club Santos Laguna está ante la misión de mejorar su accionar gris de los últimos años si quiere alejarse de una zona en la que no peleaba desde aquel lejano 2007.
Fotografía de portada extraída de El Siglo de Torreón